Ayudar a los demás
Había una vez un hombre ya anciano,
Que vino a comprar a la tienda,
Y su carro ya no arrancaba,
Y nadie vino a darle una mano.
El pobre hombre pasó horas y horas,
Mirando el motor de su coche,
La gente pasaba y sólo volteaban,
Y a aquel hombre se le hizo de noche.
Nadie vino a darle un poco de ayuda,
Hasta que una mujer salió de trabajar,
Le dijo a su hombre ve y haz la lucha,
Este hombre se compadeció y vino ayudar.
Como arte de magia aquel hombre lo hizo,
Lo que nadie pudo hacer con aquel carro,
Este hombre lo encendió como con hechizo,
El viejo anciano sonrió y le dijo bravo.
Este hombre vino ayudar al pobre anciano,
Su carro vino a encender y le dio alegría,
Es lo que debe hacer todo ser humano,
Para que Dios te lo cuente en tu vida.
Esta historia tan triste y sucedió así,
Esto no es un cuento porque yo lo vi,
Yo soy ese hombre que al anciano vino ayudar,
Me dio tanto gusto ayudarle y no lo voy a olvidar.
Reflexión: ¿Por qué el ser humano a veces es tan frío de corazón, es tan egoísta y tan cruel, que no quieren ayudar al prójimo y dar una mano de ayuda? ¿Será que ya el amor no existe, será que ya el amor se murió o será que el ser humano ya se olvidó?
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